El otro día terminé de leer el Libro A ticket to the Grand Show por Neil Mckinnon, un escritor canadiense de Saskatchewan que conocí en la librería Chapters hace unos meses. Él estaba presentando su libro y ofrecía firmarte la copia si comprabas. Para hacer el cuento corto, cuando compré el libro ya se había ido y no alcancé a lograr que me lo firme. Anyway, el punto es que él estaba acompañado de su esposa de descendencia japonesa. Eileen, pero como sabes que era japonesa? Porque él cuenta su historia como parte del libro y de esa parte es de la que te quiero hablar hoy.
Yo no sabía que los japoneses que migraron a Canadá a inicios del siglo pasado, fueron privados de sus derechos como ciudadanos debido al ataque a Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial. Canadá era un aliado de Estados Unidos y por ende adoptó una posición en contra de los japoneses. Incluso sus propios ciudadanos de ascendencia japonesa. Y no solo eso, los expropiaron y fueron tratados por muchos años como ciudadanos de segunda clase, negándoles la entrada a ciertas instituciones y acceso a trabajo digno y bien pagado. Esa generación que fue despojada de sus bienes, que lograron con mucho esfuerzo, no logró recuperarse economica ni emocionalmente y fueron las siguientes generaciones las que consiguieron una nueva estabilidad.
Lo que me dejó pensando esta historia es lo poco que sé acerca de la cultura canadiense y de su pasado. Creo que todos nosotros que venimos de otros países puede que estemos en la misma situación. Conocemos muy bien la historia y por ende la cultura e idiosincracia de nuestro país de origen pero hacemos muy poco por conocer la historia del país en el que vivimos ahora.
Y el pasado es el que cuenta la historia de un país. Es la forma en la que podemos entender porque una sociedad es lo que es ahora. A mi me ha quedado claro que tengo mucho por aprender para poder decir que conozco y entiendo a la sociedad canadiense.
Remembrance day, recuerda a los hombres canadienses que dieron su vida en la segunda guerra mundial. No olvidemos tampoco a los daños colaterales, como esos ciudadanos canadienses - japoneses que lo perdieron todo.
Por aquí les iré compartiendo lo que voy aprendiendo y si ustedes también saben algo, los invito a compartir en los comentarios.
Lest we Forget
Eileen
Hola Eileen, muy interesante lo que compartes. Una generación entera que no
tuvo la oportunidad de recuperar lo perdido, es una muestra del alcance de que puede tener la guerra, sin embargo trato de imaginar la época y me pongo en los zapatos de los canadienses con familiares en el frente. Igual no debió ser fácil para nadie.